Tenemos la responsabilidad de conseguir que la expresión de cada parcela se materialice un vino. Por eso respetamos al máximo la personalidad que a la uva le ha impreso el carácter del viñedo. Y esto se consigue con esfuerzo, dedicación, honestidad, paciencia y rigor.
La uva llega a bodega y según se recepciona es seleccionada de nuevo, despalillada y sutilmente estrujada. La fermentación alcohólica es espontánea con levaduras indígenas. No se realizan adiciones de productos enológicos. Lo más importante del proyecto consiste en respetar los procesos naturales de las reacciones bioquímicas que se producen en cada etapa. Las vinificaciones se llevan a cabo en depósitos de hormigón.
La crianza del vino se hace en dos fases. La primera en barricas de diferentes volúmenes de roble francés mayoritariamente y posteriormente en tinos de mayor capacidad donde se hace el ensamblaje en el caso del vino San Cobate. En ambos casos las maderas empleadas son de varios usos, de modo que los tostados no aromaticen y enmascaren los sabores, aromas y la fruta conseguidos en nuestros vinos.